viernes, 8 de agosto de 2014

Dicen que agosto atrapa...

Dicen que agosto atrapa, que cumple las expectativas siempre, que los treinta y un días que lo componen son pura magia. Dicen que da igual dónde estés, que no importa si viajas lejos o te quedas en tu ciudad, dicen que es tiempo de risa contagiosa, de reencuentros, de despertarte y seguir durmiendo. Dicen que agosto es mes de manteles blancos y manchas de vino tinto, de resolver el mundo cada noche y encontrártelo igual al día siguiente, para volver a ponerle parches cuando se vaya el sol…
Dicen que agosto te permite comer cuando te apetezca, que es el apetito y no el hambre el que marca los tiempos. Dicen que agosto es perderte y encontrarte, es pasear por la orilla sin destino, es dar media vuelta porque sí y no encontrar tus pisadas porque el mar se las ha tragado, bendito lugar para perderse. Dicen que agosto es arena y sal, que suena bien y sabe mejor, que esos días las preocupaciones se cuentan con los dedos de una mano y que es tiempo de pensar en proyectos bonitos, que ilusionen y motiven.
Dicen que agosto pasa volando, que te acuestas un 31 de julio y amaneces un 1 de septiembre, sin apenas darte cuenta, dicen que su recuerdos acompañan el resto del año, por eso hay que vivirlo con ganas y buscar conchas en la orilla, porque es la época. Dicen que agosto tiene algo de nuevo, de regalo por abrir con un lazo bien grande, de sorpresa y de que acaba siendo justo lo que tú querías. Dicen que agosto es querer y poder a partes iguales, es una lista en la que tachar cosas pendientes, es una llamada que te cambia los planes y te hace estar mañana allí, sin tiempo para pensarlo y arrepentirte porque ya lo has hecho y, además, te alegras.

Dicen que agosto cabe en un álbum de fotos, que saca lo mejor de nosotros y de nuestra forma de entender la vida, porque tenemos más paciencia y menos prisas. Dicen que agosto a veces es sinónimo de vacaciones y otras de trabajo duro, pero siempre es verano digan lo que digan los termómetros. Dicen que agosto empieza y quiere hacer una escapada contigo que dure horas, días o semanas… ¿Y quién es capaz de decirle que no al octavo mes del año?