viernes, 26 de julio de 2013

“que las pequeñas cosas no te engañen, son pequeñas, pero no sencillas, tienen trampa”


Y es que esas pequeñas cosas no sirven de nada si no tienes nadie con quien compartirlas, porque solo cuando las compartes las pequeñas cosas pasan a convertirse en autenticas joyas. Las joyas de verdad no están ni en los museos ni en las cajas fuertes,  las joyas de verdad no brillan ni deslumbran, las autenticas joyas no son las que te hacen más rico, son las que te hacen sonreír.
La felicidad es un arma de doble fin no hay nada mejor cuando la tienes pero si la pierdes te quedas hecho polvo 
Porque al final del día es cuando te das cuenta de que lo importante, es que tienes dos opciones y hay que elegir, puedes elegir la opción fácil: dejarte caer y hundirte; o puedes elegir la opción difícil: seguir buscando, y entonces, si tienes un poco de suerte una de esas joyas pasara por delante para darte el valor necesario y volver a la superficie.

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